25 de noviembre de 2015

Ecos de Macbeth, según Paola Boccalari


Ecos de Macbeth es una obra de teatro con dirección y adaptación de Carolina Donnantuoni, que me convoca a decir algo sobre su puesta en escena. El texto se transforma en los ecos y las evocaciones de un Shakespeare, que al estar empapados en sus palabras y sus silencios nos vemos advertidos de que aquel primer Macbeth está irremediablemente perdido, y que al dejar instaurado el vacío de la pérdida posibilita sus retornos interpretativos: Ecos de Macbeth es uno de ellos.
Ecos es una obra que da cuenta de un estilo artístico, el de la directora, con recursos estéticos que bien podrían remitir a su nombre si uno conoce la serie de obras teatrales realizadas por ella. En Ecos de Macbeth hay un escenario austero, despojado de ornamentos, solo la presencia de cuatro atriles que sostienen textos escritos, ajados por el tiempo, intercalados con hojas sin texto, vacías. El despojo de ornamento evidencia el movimiento de una sola presencia, la de un cuerpo, la actriz, y las modulaciones de su voz. La disposición del público, circular, acompaña y envuelve el devaneo, no tan amable, de ese cuerpo desde un atril hacia otro; pero también la decisión de cómo disponer de un público deja espejos ciegos, es decir no se hace posible un acompañamiento total, irrumpen las interferencias. Ecos implica el recurso de la repetición, de frases y de gestos, decidiendo qué acentuar y qué silenciar, y el recurso del dispositivo lumínico decidiendo qué se revela y qué se deja en sombras.
Ahora bien, me pregunto ¿porqué una versión más de Macbeth? En diálogo con la directora le dí cuerpo a la pregunta, refiere C. Donnantuoni: me interesó revisitar Shakespeare haciendo hincapié en la palabra... Volver sobre "la palabra" dentro de un clásico de los clásicos y llevaría a escena desintegrándola, convirtiéndola en sonido, hasta que la escena entera quede en sonido atravesada por el cuerpo o en cuerpo atravesado por la sonoridad de las palabras... pensé que volver a escuchar esas palabras atravesadas y ampliadas, deformadas, susurradas, murmuradas, lloradas, reídas, gritadas, etc. podría generar un corrimiento de la anécdota, de la trama, para poder volver a la sonoridad como espacio de conmoción.
Es decir, hay una escena estética en la cual el tratamiento de la palabra, no es tanto del sentido y del desarrollo de la trama de la obra y las cuestiones de poder, ambición y maldad que pone en evidencia; sino más bien lo que interesa son los ecos de la sonoridad de sus palabras, esos zumbidos que retornarían de una manera singular en cada quién al encuentro con la obra.
Enrique Acuña, en el prefacio de su libro Resonancia y Silencio, en el artículo "Que se diga hacia un nuevo silencio" plantea que hay distintos procedimientos discursivos y por lo tanto distintos modos de silencio, es decir distintas políticas del lenguaje.
A partir de ese concepto podríamos decir que tanto en la estética de la obra que venimos hablando como en la ética del psicoanálisis contamos con procedimientos de lenguajes similares pero sostenidos en políticas diferentes. Allí hablamos de estética, con la posibilidad del encuentro con ese espacio de conmoción, de encuentro con lo inesperado que haga emerger un cachetazo en alguna fibra subjetiva inanimada. Ahora bien, en el psicoanálisis hablamos de ética, la de un sujeto que tiene que responder por ese encuentro con lo contingente y que debe consentir a la pregunta de ¿quién habla? Refiere Acuña: el psicoanálisis trata de captar el núcleo de lo indecible a partir de lo que fuera un devenir olvidado... En un análisis el sí del analizante implica consentir un ejercicio de la resonancia donde se escucha el significante y se lee el inconciente para separar sonido de sentido... Es decir en psicoanálisis la política es la del deseo.
Para concluir, puedo decir que fue aquel zumbido que aleteó en mi propia caja de resonancias al encuentro con Macbeth, quien posibilitó que pueda escribir estas palabras.


* Artículo de Paola Boccalari, publicado en el El L(h)oro de AVA - Boletín del Área Virtual Analítica de la Aplp (págs. 21, 22 y 23). http://issuu.com/aplp/docs/l_h_oro_28f/3?e=1621464/31341495